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Publicado el Sábado, 05 de Enero del 2019

Se necesita de todos para rescatar el valor ético de un pueblo

Se está notando participación ciudadana.
“En ética hay una palabra que se conoce como consistencia. La consistencia es el equilibrio que existe entre lo que pienso, hablo y hago. Las personas para formarse en ética, siempre van a necesitar de buenos ejemplos”, señaló Martín Cabrejos, historiador lambayecano.
 
Los buenos ejemplos parten desde casa, con una buena paternidad. “Para ello, padre y madre deben crear un entorno de desarrollo asertivo físico y emocional para el desarrollo de los niños y adolescentes”, sostuvo.
 
Lo mismo sucede en las escuelas y universidades, donde el pilar de ese ejemplo son los docentes. “El estudiante sabe que su maestro no es perfecto; sin embargo, espera buenos consejos de este”, indicó.
 
Asimismo, resaltó que los maestros, así como los padres, tienen que ser ejemplo de limpieza, de tino, de buen hablar, de solidaridad, de honradez, de honestidad, justicia, imparcialidad. “Tienen que ser creadores de sueños”, mencionó Martín Cabrejos.
 
Quien además, señaló que a los niños hay que enseñarles que los obstáculos los pone el destino, pero son las personas las que ponen las limitaciones. Para alcanzar ello, es importante que toda la población brinde mensajes asertivos.
 
Las autoridades, las empresas privadas, los periodistas, los líderes religiosos, los ciudadanos de a pie, todos contribuyen con el desarrollo ético de los niños. “Rescatar el valor ético de un pueblo es responsabilidad de todos, empecemos por los más pequeños”, finalizó.
 

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