Internacional
Publicado el Miercoles, 06 de Noviembre del 2019

Más de un mes de protestas contra el gobierno de Irak

El 3 de noviembre, la huelga general paralizó todo el país.

 El movimiento de protestas contra el gobierno iraquí iniciado el 1 de octubre continúa pese a la represión y la muerte de unas 270 personas, en su mayoría manifestantes.

 

 

Redes sociales

El 1 de octubre, más de 1.000 manifestantes se congregaron en Bagdad y en varias ciudades del sur para protestar contra la corrupción, el desempleo y la decadencia de los servicios públicos.

Fueron convocadas con mensajes en las redes sociales. Las manifestaciones fueron dispersadas con cañones de agua, granadas lacrimógenas y balas de goma. Más tarde se escucharon tiros en la capital.

Al día siguiente las autoridades cerraron la Zona Verde de Bagdad, donde se encuentran las principales instituciones del país y la embajada de Estados Unidos. Se decretó un toque de queda en la capital y en varias ciudades del sur.

 

 

Batalla campal

El 3 de octubre, en Bagdad, los blindados de las fuerzas especiales entraron en acción para repeler a la multitud, y las fuerzas de seguridad dispararon al suelo pero las balas rebotaron en los manifestantes.

Las fuerzas de seguridad acusaron a “francotiradores no identificados” de haber disparado contra manifestantes y policías en Bagdad.

El influyente líder chiita Moqtada Sadr, quien había pedido a sus partidarios que organizaran “sentadas pacíficas”, llamó al gobierno a dimitir y pidió “elecciones anticipadas bajo la supervisión de la ONU”.

El 6, el gobierno anunció medidas sociales, que van desde asistencia para la vivienda a subsidios para jóvenes desempleados.

 

 

“Uso excesivode la fuerza”

El 7, el ejército admitió un “uso excesivo de la fuerza” durante los enfrentamientos con los manifestantes en el bastión chiita de Sadr City, en Bagdad.

La coalición paramilitar Hashd al Shaabi, dominada por las milicias chiitas proiraníes y ahora integrada en gran medida en las tropas regulares, afirmó estar preparada para intervenir con el fin de evitar un “golpe de Estado o una rebelión” si el gobierno se lo ordenaba.

El 22, una comisión oficial de investigación dio cuenta de 157 muertos, durante la semana de protestas, casi todos ellos manifestantes, principalmente en Bagdad.

La ONU acusó a las fuerzas de seguridad de haber “hecho un uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes”.

 

 

“Caída del régimen”

El 24, por la noche, se reanudaron las manifestaciones que pedían “la caída del régimen”, la víspera del primer aniversario de la entrada en funciones del gobierno de Adel Abdel Mahdi.

En 48 horas, murieron al menos 63 personas, la mayoría en el sur, donde los manifestantes atacaron, y a veces prendieron fuego, las sedes de partidos, de altos cargos y de grupos armados, según la Comisión de Derechos Humanos del Gobierno.

El 26, la ONU acusó a “entidades armadas” de querer “sabotear las manifestaciones pacíficas”.

Los diputados de Moqtada Sadr anunciaron una sentada indefinida en el Parlamento y que se unían a la oposición.

El 28, miles de estudiantes invadieron las calles de Bagdad y varias ciudades del sur. Los sindicatos de los profesores y los abogados anunciaron huelgas.

Durante la noche, miles de iraquíes desafiaron el toque de queda impuesto por el ejército en Bagdad.

Según la Comisión de Derechos Humanos, al menos 100 personas murieron en una semana.

 

 

Contra toda injerencia

El 30 de octubre, el guía supremo de Irán, Ali Jamenei, llamó a “aquellos que se sienten concernidos” a “responder a la inseguridad”.

El líder de los paramilitares de Hashd al-Shaabi en el parlamento, Hadi al Ameri, insistió en su propuesta de “trabajar con” Moqtada Sadr para reemplazar a Adel Abdel Mahdi.

Al día siguiente, el presidente Barham Saleh prometió elecciones anticipadas después de una nueva ley electoral y afirmó que el primer ministro estaba dispuesto a dimitir si se encontraba a un sustituto.

El 1 de noviembre, la máxima autoridad chiita en Irak, el gran ayatolá Ali Sistani, advirtió contra cualquier injerencia extranjera.

 

 

Disparos

El 3 de noviembre, la huelga general paralizó las escuelas públicas y las administraciones de la capital y del sur.

Por la noche, cuatro manifestantes resultaron muertos cuando intentaban prender fuego a la representación diplomática de Irán en Kerbala.

El 4, hubo enfrentamientos en Bagdad entre policías y manifestantes. Las fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes que avanzaban hacia la sede de la televisión pública.

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