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Publicado el Martes, 20 de Octubre del 2020

Sin pruebas no se determinará segunda ola epidemiológica

La población no ayuda a superar la pandemia, sostiene especialista.
El exdecano del Colegio Médico de Lambayeque, Víctor Soto Cáceres, señala que ante la falta de pruebas ya sean rápidas o moleculares de coronavirus, no se podrá llevar una estadística de los casos COVID-19 y determinar si estamos en una segunda ola epidemiológica.
 
“Al no contar con pruebas, aparentemente habrá menos casos y menos muertes, porque el médico va a poder detectar un caso, pero no reportar a la estadística. Es decir, se va a aparentar que ya disminuyó porque no se hacen los controles y muestreos”, sostiene el epidemiólogo.
 
En los últimos meses se observa que hay una mayor cantidad de personas en las calles, sin cumplir con el distanciamiento social e incluso porque dejaron de usar la mascarilla. La salida de los niños menores de 14 años y adultos mayores también se da sin un control.
 
“No solo se trata de las autoridades sino de nosotros mismos que debemos cuidarnos, no exponernos para evitar un aumento de casos”, expresó.
 
Según el reporte epidemiológico al 19 de octubre, Lambayeque registró 27743 casos y 2561fallecidos por Covid.
 
Desorden y desobediencia
La región Lambayeque no está preparada para poder superar la Covid-19 y es que los casos de contagio y fallecimientos si bien son menores que en meses anteriores, siguen preocupando, sostiene el epidemiólogo Víctor Soto Cáceres.
 
Han transcurrido siete meses desde el inicio de la pandemia y aún no se cuenta con mercados saludables que cumplan al 100 % las medidas de prevención, pero además que perduren en el tiempo.
 
Tampoco se ha visto un ordenamiento en los grandes mercados que tienen las provincias, y a ello se suma el comportamiento de la población en el acatamiento del distanciamiento social.
 
Víctor Soto Cáceres citó como ejemplo a los mercados Modelo en Chiclayo y Moshoqueque en José Leonardo Ortiz, los cuales, considera, son un foco infeccioso, debido al desorden que se observa en sus alrededores.
 
Sostiene que la solución no está en desalojar a los comerciantes ambulantes sino en ordenar y educar para lograr que cumplan con las medidas otorgados por el Gobierno central.
 
“Nunca se ha podido evitar que ellos no estén ahí, no se trata de correrlos y quitarles sus cosas, sino que se pueda marcar el piso y ordenarlos, evitando las aglomeraciones”.
 
Además, manifiesta que se debe definir una puerta de ingreso y otra de salida para lograr el ordenamiento de los centros de abastos.
 
Indica que resulta imposible que en la puerta de cada negocio haya agua y jabón, pero sí es más práctico aplicar alcohol en las manos.
 
“El trabajo no es tan difícil, solo hay que tener voluntad, voluntad de quien dirige los mercados para vigilar el cumplimiento de las medidas”, expresó.

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