Mientras que muchos de nosotros nos preparamos para pasar, lo mejor posible, las fiestas de fin de año con un gran aroma y calor a hogar, carretera a Pimentel existe un grupo de menores, que por su condición social o legal, también esperan, a su manera, la llegada de la Nochebuena.

 

Se trata de los 57 niños que alberga la aldea infantil Virgen de la Paz, institución que está bajo la tutela del Gobierno Regional de Lambayeque (GRL), entidad que hace todos los esfuerzos y gestiones para que a este albergue no le falte jamás lo esencial, pero como en todo hogar humilde con pequeños, siempre habrá necesidad.

 

Todos viven en siete ‘casitas’ distintas (ambiente donde conviven entre 9 y 7 niños) bajo la tutela de una mamá tutora y dos ‘tías’.

 

“Afrontar la pandemia Covid-19 es todo un reto para nosotros, pues las mamás tutoras quedaron en confinamiento por 90 días acá en la aldea, todo para prevenir el contagio y lo logramos”, dijo a La Industria, la directora de este institución tutelar, Carmen Facho Castillo.

 

Algo de suma importancia que necesita la aldea es el internet, primordial hoy en día para que los niños reciban sus clases escolares, lamentando que ninguna de las empresas proveedoras de este servicio en la región se solidarizara con estas personitas.

 

“Tanta es la identificación de las madres tutoras y las tías, que utilizaron sus celulares, pero una de ellas hasta se compró otro teléfono para que los nueve ‘hijos’ que tiene hagan sus tareas”, comentó.

 

Algo digno de resaltar es la presencia de un médico de EsSalud, quien de manera anónima y voluntaria llega dos veces por semana a evaluar a todos en la aldea. “Él (médico), es un ángel para nosotros, quien refuerza el trabajo que realiza el galeno del GRL”, precisó.

 

También existe otro empresario, quien cada dos meses les lleva material para limpieza y aseo, y que además comparte con los menores chocolates y dulces. “El señor Manuel García Peña es otro ángel para nosotros, una persona muy desprendida y solidaria”.

 

Los niños de la aldea tienen asegurado la alimentación, educación y salud por parte del GRL, pero tienen necesidades de: ropa, zapatos y demás cosas propias para menores de estas edades.

 

“Urgente en estos momentos necesitamos cocinas y refrigeradoras, pero un caso especial es la de una madre que posee una cocina de mesa de dos hornillas, con la cual no se abastece, por lo que debe levantarse todos los días entre las 3:00 y 4:00 de la madrugada para poder preparar los alimentos”, acotó.