Doña Carmela Delgado Guerra no solo ha superado el siglo de existencia sino que, a sus 102 años de edad, ha vencido al Covid-19, que apenas le duró unos cuantos días, mientras que a su hija, que vive con ella, la mantuvo en cama por más de una semana.

 

El último jueves 11 de febrero, en el distrito de La Victoria, Chiclayo, Carmela Delgado, natural del distrito de Udima, Cajamarca, cumplió los 102 años de vida y lo celebró rodeada de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, mientras ella, quien se mantiene lúcida, disfrutaba de este nuevo año.

 

Carmela, parece ser una mujer hecha de roble, y es que hace pocos meses, en octubre, pasó una de las pruebas más complicadas, por lo que ello, quedó confirmado.

 

“Imagínese, le ha dado el Covid y no le ha pasado nada, en cambio, a mí me dio y me tumbó a la cama más de una semana, con fiebre y escalofríos, y a ella solo le dio un poco de tos y un poco de malestar”, cuenta su hija Consuelo Vázquez Delgado.

 

Doña Carmela, hacía sus actividades de manera normal y descansaba en su mueble, sin necesidad de postrarse en cama. “Yo digo que mi mamá ha tenido buena alimentación allá en la sierra. Ella recuerda que comía menestras y tomaba leche”.

 

Esta mujer centenaria ha tenido 11 hijos, tres de ellos han fallecido y ocho siguen vivos. Tuvo dos compromisos, y en su segundo matrimonio, cuando tenía aproximadamente 45 años de edad, es que decide viajar a Chiclayo para vivir y trabajar.

 

Uno de los recuerdos que aun comenta es que además de trabajar en su propia chacra, lo hacían para la hacienda de Udima, donde, como ella señala, no les pagaban, pero se esforzaban por cumplir con sus tareas.

 

Su hija Consuelo, quien vive con Carmela, dice que allá en la sierra su mamá sembraba y criaba animales, los cuales servían para alimentarse. “Esa comida de la sierra es buena y saludable y por eso mi mamá tiene sus buenas defensas”.

 

La longevidad y fortaleza de doña Carmela, parece venir de familia, uno de sus hermanos, Genaro Delgado Guerra, tiene 95 años de edad, a él también le dio el coronavirus, pero lo pudo superar.

 

“Es un orgullo tener una madre así, sé que casi nadie lo tiene. A veces los hijos no valoran a su madre, pero no debe ser así. Nadie tiene una madre así, pero gracias a Dios la tenemos viva”, señala Consuelo Vázquez, quien junto a su hijo cuidan de Carmela.